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Cómo cambiar hábitos

Sabemos algo y es que a veces, cambiar nos cuesta mucho. Es natural. Es normal. Porque la costumbre, y lo conocido es nuestro lugar y nuestro espacio seguro. Pero hay algo adentro de esto.

A medida que pasa el tiempo, me voy dando cuenta que lo que hacía hace 10 o 15 años ya no me funciona. Que la forma en la que comunicaba mis necesidades ya es obsoleta. Que la forma en que me visto, me vinculo, me muevo en el mundo no acompaña mi tiempo actual.

A veces nos quedamos en un estanque del pasado. A veces esto es imperceptible. Y si bien cambiamos la relación con nuestro cuerpo, con nuestro entorno y con todo lo aparente... a veces, así y todo seguimos pensando de la misma manera.

Y este pensar de la misma manera nos lleva a sentir de la misma manera.

Pero la realidad es que necesitamos cambiar, transformarnos y evolucionar.

Y no hablo de una evolución elevada o espiritual. Hablo de esa evolución bien humana y terrenal que nos permite crecer, madurar, y hacer que nos podamos sentir con más calma, más entereza, disfrutando de nuestros logros. En una palabra: podamos sentir más bienestar y salud.

La ansiedad. Las migrañas y contracturas. El insomnio. Son, entre otras cosas, las formas que tiene nuestro cuerpo, de indicarnos que necesitamos hacer cambios.

Y estos cambios no tienen porque ser radicales, dramáticos o difíciles.

Estos cambios pueden ser algo fácil como:

  • ponernos nuevas prioridades (u ordenar las que ya tenemos)

  • verificar cuales son nuestros propósitos

  • ver donde ponemos nuestra atención (¿en lo que funciona o en lo que no funciona?)

  • volver a enfocarnos en lo que nos hace bien

  • repasar cuales son las cosas que nos hacen bien

La naturaleza es un espacio infinito en donde podemos aprender y replicar en nosotros. Acordarnos que somos parte de ella, que funcionamos igual, y que tenemos la capacidad absoluta de cambiar y transformarnos es todo.


Si hay algo que me ha funcionado desde siempre, y que me sigue funcionando es entender humildemente que las cosas no las controlo yo. Las cosas suceden todo el tiempo. Nada es quieto. La familia, la sociedad, el trabajo, el clima, todo cambia a