El arte de darse tiempo.
22 de diciembre de un año totalmente distinto. El aroma a paraiso en las veredas montevideanas me hace acordar a mi infancia. El plan de hoy fué venir de visita a la ciudad, sin horarios ni presiones, solo recorrer mi ciudad natal y aprovechar a recoger algo de inspiración para este período.
Sigo sorprendiéndome del cambio radical que esta sucediendo en éstos dias “sin redes”. Sigo explicando a algunas personas que me contactan que no estoy sin trabajar, por el contrario, estoy diseñando un 2022 con mas tranquilidad, y esperanza, convencida que cuando me dispongo a que cosas buenas pasen, así será.

En este año, las frases que mas se repitieron, tanto de amigas, como de pacientes y personas conocidas fueron:
estoy agotada
no tengo tiempo de nada
no me da la vida
no puedo dormir
tengo miedo a envejecer
me cuesta disfrutar el presente
quiero, pero no me animo
necesito calma
necesito confiar mas
mi mayor deseo es disfrutar sin culpa
Si algo de ésto te resulta conocido, o te suena como propio te digo:
Recordemos que en un día somos capaces de experimentar distintas sensaciones y emociones. El arte de entrenarnos a nosotras mismas, es trabajoso. Requiere de confianza, convicción, coraje. Sobre todo porque lo único seguro es lo que nuestro cuerpo siente, nuestra mente piensa y diseña, nuestro corazón manifiesta.
Así es. Al fin y al cabo, lo más trabajoso de todo es darnos cuenta que somos nosotras las que tenemos nuestras propias respuesta. Nuestro libro, nuestras notas, nuestras ideas y memorias, que nos indican qué pasos seguir.
Y por eso es difíci. Porque tenemos que hacer silencio para escucharnos. Tenemos que darnos espacio para hacer ese resumen mental luego denla charla, con la amiga, la hermana, el marido, el coach, la masajista, la terapeuta o la vecina. Tenemos que hacer un stop para procesar los mensajes que llegan y respondemos. Dejar que decante la música, el aroma, la caminata, o todo eso que hagamos para volver a encontrarnos con nuestro universo.