Femenino y Masculino.
La energía femenina, es entre otras cosas la que se entrega con consciencia desde su poder amoroso.
Es el movimiento que crea, se expande, se contrae, cuida, navega, y vuelve a resurgir.
Es tierra y agua.
La energía masculina es la que sostiene desde el foco, el silencio, la simpleza, la claridad, la protección.
Es fuego y aire.
Ambas se potencian y se dejan abrazar mutuamente.
Cuando hay amor constructivo no hay competencia.
Hay comunicación, empatía, búsqueda permanente de salud compartida.
Hay creación.
Hay visiones.
Hay propósitos que se celebran constantemente.
Hay renovación. Crecimiento. Movimiento. Disfrute.
Y ahí se da la real, mágica y respetuosa fusión.
La alquimia de la vida
