El aceite esencial de lavanda es el primero en la lista de la aromaterapia. Por la particular suavidad en el aroma que emana, la lavanda es muy usada para perfumar cuerpos y espacios.
Esta planta soporta la diversidad de muchos climas y entornos, develando la cualidad de adaptación en su esencia, cualidad que se conoce y se aplica para tratar diversas afecciones.
Promueve la circulación sanguínea, aliviando dolores musculares y afecciones en las articulaciones. Además de ayudar a aliviar la hipertensión, la migraña, el estrés y la tensión nerviosa. También puede usarse para tratar dolores de cabeza, especialmente los dolores de cabeza provocados por la sinusitis.
El aceite esencial de lavanda es excelente para la piel del rostro, promueve la sanación y regeneración de todos los tipos de piel, especialmente la piel seca, inflamada o agrietada. Sus propiedades antiinflamatorias la hacen útil para tratar cualquier condición de inflamación como el acné, la dermatitis, o las úlceras de piernas y la psoriasis.
Sus propiedades calmantes han vuelto al aceite esencial de lavanda la primera opción natural para tratar las afecciones emocionales. Esta misma propiedad calmante hace que el aceite esencial de lavanda sea útil para ayudar a aliviar el insomnio, promoviendo así un descanso profundo y renovador, además de suavizar los dolores y tensiones pre-menstruales.
Sus propiedades sedantes y antidepresivas hacen al aceite esencial de lavanda excelente para balancear el humor y los estados emocionales que tienden a los extremos, como síntomas de la depresión, del shock, el pánico, nerviosismo, estrés, miedo, frustración, la irritabilidad, y la impaciencia. Es particularmente restaurador, relajante y purificante.
Colabora en los procesos de expansión y desenvolvimiento de la liberación personal respecto a los comportamientos compulsivos. Puede ser usado para ayudar a disolver los hábitos mentales o el auto-discurso de tipo negativo.
Con una particular dulzura en su aroma, este aceite esencial nos aporta calma y suavidad.
La Aromaterapia es una práctica milenaria. La incorporo en mi y en mis pacientes como complemento a tratamientos que ayudan a gestionar el estrés y restaurar la salud natural.
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